CALA FLORES – CHALET INDEPENDIENTE
Descripción
En Cala Flores, a cincuenta metros de la cala —la verdadera, la que huele a sal húmeda y piedra caliente— se levanta una casa que entiende el Mediterráneo sin concesiones. No presume: cumple. Son 153 metros bien trazados sobre una parcela llana de 562 metros, preparada para albergar una piscina si uno decide que el verano merece agua propia. La luz de mediodía entra disciplinada; los toldos eléctricos doman el sol cuando hace falta. En invierno, el suelo radiante y dos chimeneas ponen orden en el frío; en agosto, el aire por splits concede tregua a las siestas.
Por dentro, suelos porcelánicos que resisten vida familiar, paredes lisas, carpintería de roble; por fuera, PVC oscilobatiente con climalit y mosquiteras que blindan la calma. Cuatro dormitorios, tres baños, cocina independiente y, como carta guardada, un apartamento con acceso exterior y baño propio: abuelos, huéspedes, estudio silencioso. Portón motorizado, cuarto de aperos. La cocina exterior —frigorífico, horno de leña, barbacoa— es territorio de sobremesas largas, manos con harina y voces que suben y bajan con el viento de Cabo de Palos.
Hay escenas que se quedan: el desayuno tibio de enero en el porche; los niños volviendo de la cala con el pelo salado; el faro encendiéndose cuando cae la tarde y el día cede. La casa se vende amueblada. Se entra con maletas, no con albañiles. En esta zona, donde las viviendas independientes a un paso del mar son contadas, ésta ofrece algo poco frecuente: una forma de vivir —serena, útil, luminosa— que no necesita adornos. Aquí la vida sucede, y sucede bien. ¿La vemos?
Cartagena Homes Inmobiliaria®
Características
Extras
Muy eficiente
Poco eficiente
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